Se reconoce su voz de bajo en el recordado Cuarteto Zupay, en el Coro del Teatro Colón, en el Quinteto Clave, en el Conjunto 9 de Cámara (germen del Estudio Coral de Buenos Aires, dirigido por Carlos López Puccio) y en varios grupos vocales, como el Quinteto De los Pueblos. Compuso con Alejando Dolina y fue reemplazo en Les Luthiers; creó Los Muvis... Javier Zentner siempre impulsa proyectos musicales vocales o corales, desde el canto profesional, como director, compositor, arreglador o docente.

“Con ‘De los pueblos’ estamos terminando de mezclar el tercer disco, ‘Hermanos mayores”, siempre dedicados a la música popular y/o folclórica latinoamericana”, resume su perfil profesional más visible (o audible).

Como vino a Tucumán a dictar un taller de música coral (ver texto destacado) se impone hablar de coros.

- ¿A qué atribuye que haya cada vez hay más coros y no haya público que los escuche?

- Pareciera que la actividad coral o bien funciona endógenamente (cantamos entre nosotros) o bien es parte de un orgánico más grande y no es protagonista. Y no hay un espacio donde los coros que quieran mostrar su proyecto artístico propio lo puedan hacer. Como el margen es muy grande hay quienes se contentan con eso. No hay una inquietud de hacer un concierto como cualquier expresión artística. La actividad coral es como el patito feo. Hay una parte de la que me hago cargo como integrante de la comunidad coral, que es una falta de rigor la selección de quiénes vamos a exponernos al público. Y hay, del otro lado, una falta de consideración de que esa expresión artística merece un lugar igual que cualquier otra.

- ¿Al área de Cultura no le interesan los coros?

- Veo la programación del flamante Centro Cultural Kirchner en Buenos Aires, que es muy importante y está muy bien que esté, pero no hay programación específica de coros; y cuando hay homenajes, como el que se hizo el viernes, a Gustavo Cerati, no hubo coros que cantaran dos de sus canciones. Un mes atrás, en un homenaje a Charly García (unplugged) “Canción para mi muerte” se transformó en un lied y voz, y no hubo un coro.

- ¿Tendrá que ver con que el auge vocal de los 70 pasó de moda?

- Hay una suma de factores; no sé cuál es la moda, pero no es moda la música vocal. Hay un destrato a los grupos vocales y a los coros. Y los hay muy buenos en ambos. Cuando Lito Vitale hace esos superespectáculos donde toca todo el mundo, hay lugar. Yo lo he hablado con él: hay un prejuicio con el arte vocal, como si no fuese profesional. Es que muchas veces no lo somos. Hay una parte de la profesión que es, además de hacerlo bien, cobrar por hacerlo. Yo trabajo con el Coro del Instituto de Madres de Plaza de Mayo como Universidad Popular. Formé ese coro y lo llevo adelante ad honorem. Los coreutas también son amateurs, pero yo les exijo un compromiso profesional. Ya grabamos un disco, “Cartas de abril”.

- ¿No existen los coros en las programaciones culturales de la Nación?

- No hay quién diga qué hay de bueno entre los coros y los grupos vocales de Buenos Aires y de las provincias, para llevarlos a cantar allá. Trabajo dentro del Ministerio de Cultura conduciendo talleres (en Ezeiza); conozco a la gente de adentro y los funcionarios responsables de decidir me miran en una mezcla de atónitos y: ‘ah, bueno, qué interesante’.

- ¿Cómo se hace para que se escuche la música vocal?

- Hay que entrar en la tele, pero la tele y los medios también están cerrados; hay una valla en el mainstream: el arte coral y vocal está afuera. La gente no va a ir a ver algo que no conoce, que no escucha. Y las radios, difícilmente, hay muy poca difusión (son raros los programas como el de Damián Sánchez en Radio Nacional o el de Mario Sánchez en Radio Universidad Tucumán).

- ¿El público tiene una idea errada de lo que es un coro?

- En el imaginario colectivo un coro es el de la iglesia, o es el Coro Kennedy, que desde el punto de vista musical no nos representa con mucha altura. Tenemos que reivindicar la actividad vocal y coral como expresión artística sólida de la música que sea. También está el prejuicio de que los coros sólo cantan música elevada, cuando no es así.

“Yo soy muy abierto: creo que hay música que se hace bien y música que no se hace bien, que hay que saber manejar los parámetros, que no siempre son los mismos -concluye el maestro Zentner-. A Horacio Guarany no le importa la afinación. A mí no me gusta, pero en la plaza Próspero Molina de Cosquín se ve cuál es su modo de relación con el público: hay otros parámetros que hay que tener en cuenta porque el arte es muy diverso. Me parece que, para que nos escuchen, los coros tenemos que revisar algunas cosas. En eso estamos”.

Tango para coros


Javier Zentner dictó, en el Instituto de Música de la UNT, un Taller de Interpretación de Música Coral - Tango del que tomaron parte directores de coro, coreutas, estudiantes y docentes de música. La actividad es parte del Plan Coral Nacional de Cultura de la Nación. Fue organizada por las cátedras de Dirección Coral y el Departamento de Capacitación y Extensión del Ismunt y auspiciada por la Filial Tucumán de la Asociación de Directores de Coro de la República Argentina, Adicora.